jueves, 28 de junio de 2012

La ambulancia

Que hay crisis, es un hecho. Y que muchos se aprovechan de ello, una realidad.


Situación actual: mi hija tiene ha tenido (mejor ver el vaso medio lleno) un cáncer muy agresivo. Para que os hagáis una idea, en el momento del diagnóstico nos dijeron que "el pronóstico apenas llega al 25%". En Mayo del año pasado, tras la primera evaluación, que se hizo después de dos intervenciones y tres ciclos de quimioterapia intensiva, había conseguido llegar a la remisión completa (esto es sin rastro visible del tumor, pero aun pueden quedar células sueltas por ahí pululando).


Esta noticia trae alegría inmensa, aunque nosotros no lo disfrutamos tanto, pues los papás de la compañera de habitación acababan de conocer que su hija había recaído y esto es como un barco, todos navegamos juntos, solo quien sufra esta enfermedad sabe de qué hablo. Desde ese momento el fantasma de la recaída no ha salido de nuestras cabezas. Si mi princesa recae, su pronóstico estará alrededor del 10% (depende de la zona de recaída, del tiempo que haya pasado y de un montón de cosas más, por lo que podría ser aun más precario).


Hace un par de semanas la palpé un bulto (que no era tal, que al final resultó ser el ganglio normal pero como estábamos algo nerviosos porque se había hecho pis y eso era uno de los síntomas iniciales que tuvo mi princesa, pues cundió el pánico). Llamé al hospital y hablé con un oncólogo que me adelantó la cita del viernes al jueves. Y aquí empieza todo.


Como la Gerencia (donde solicito las ambulancias) solo abre por la mañana, llamo a la central de las ambulancias para cambiarlo y me dicen que no, que solo tengo concedida la ambulancia los viernes (vamos una vez a la semana y ahora cae en viernes, aunque hemos ido cualquier día), a lo que contesto que es imposible, que mi hija es paciente de alto riesgo y tiene ambulancia para lo que necesite hasta Abril del año que viene. Es más, una vez nos dieron el alta hospitalaria un Sábado y, como Gerencia tampoco trabaja los fines de semana, les llamé, me fueron a buscar y al lunes siguiente arreglé el papeleo con Gerencia sin ningún problema. Respuesta: NO, NO y NO.


Podíamos haber ido en nuestro coche, pero con ese estado de nervios ni mi marido ni yo hubiésemos sido capaces de conducir los 160km que hay de mi casa al hospital. Y es que tenemos concedido el transporte sanitario, no es que estuviéramos exigiendo nada extraordinario porque sí. Estábamos en nuestro derecho.


Entonces me acerqué al hospital de mi ciudad y pregunté por el pediatra de urgencia. Como hay que dar doscientos mil datos, tuve que contar la historia al de admisión, que tres narices le importa, y el muy sinvergüenza sale de su salita y comienza a decirme en alto, donde los demás pacientes en espera le oían, que no cree que me pidan una ambulancia solo porque mi hija tenga cáncer. Cuando llegó a ese punto -a hacer saber la enfermedad de mi hija, a dar datos que a nadie de los que estaban allí les importaba- le paré con mala cara y con un "¿puede hacer el favor de avisar a la pediatra?" que hizo que instantáneamente se diera la vuelta y subiera a preguntar.

La pediatra me recibió en planta y expuse el caso. Mandó a la enfermera pedir una ambulancia por teléfono y al decir el nombre de la paciente ¡se la seguían negando! -diga a la señora que estoy oyendo detrás de usted que la ambulancia no la pide la madre, sino la pediatra de urgencia del hospital- a lo que debieron preguntar por qué entonces nos debían ir a buscar a casa y no al hospital -porque la pediatra ha determinado que es mejor que duerma en su domicilio para que no coja infecciones en el hospital-. Erre que erre con que la niña solo tiene ambulancia los viernes. Tras veinte minutos de conversación, la experiencia de la enfermera (esto les había pasado más veces) hace que determine -muy bien, si no quieren mandar la ambulancia, tengan preparado al médico y la enfermera y la UVI móvil o el helicóptero porque a las siete de la mañana les vamos a llamar de urgencia. Este niña tiene que estar en Madrid a las nueve de la mañana y la vais a llevar- y temerosos de tanto despliegue y mayor coste, concedieron la ambulancia normal.

¿Qué por qué negaban la ambulancia? muy fácil, ese día no caí en ello pero el mismo conductor me lo afirmó camino de Madrid. Es una concesión y ganan un dinero establecido al año. No cobran por viajes, sino una cantidad cerrada. Entonces, cuantos más viajes hagan, menos beneficios le queda a la empresa.


Al día siguiente, por la mañana y desde Madrid, me puse en contacto con la Gerencia y les comuniqué lo sucedido. Me dijeron que hablarían con los de ambulancias para que, si se repetía la situación, concedieran el transporte y al día siguiente se arreglaría el papeleo. Como se ha hecho con más pacientes muchas veces. A los diez minutos de colgar, sonó el teléfono. La central de ambulancias pidiendo disculpas. La excusa: que hay pacientes que piden el transporte y después no tienen cita con el médico, se van de compras. ??? Así me he quedado y es que, después de ver a la madre de un niño con cáncer desplegar toda la parafernalia para vender bisuteria a las otras madres y enfermeras (el montaje del baratillo y el provecho de la situación me pareció una total falta de respeto a los pacientes, en primer lugar a su propio hijo), ya me creo todo.

2 comentarios:

  1. No me extraña nada lo que dices, he visto como pedían una ambulancia de forma exaltada, llegar en ella, tratar de irse de nuevo en ambulancia y al no dejarle, irse andando a casa, pero no por falta de medios. Y no cuento nada de lo que me estoy encontrando en esta dura lucha que es la concienciación para la donación de médula, pero os aseguro que conseguiremos muchas médulas para todos, no sólo la de mi hijo Álvaro.
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    1. Muchas veces, la gente te pone aun más piedras en el camino.

      No estáis solos en la búsqueda de donantes, somos muchos los que vamos informando a amigos, papás del cole, familiares, ... En nuestro círculo ya son bastantes los que se han hecho el tipaje.

      También hemos firmado la petición de los pelones peleones para que se haga una gran campaña de información.

      Sé que es insuficiente, pero cada vez somos más los que nos unimos a esta lucha.

      Vamos a encontrar médula para Álvaro y para todos los que están esperando.

      Hay mucha gente que está dispuesta a donar "a ver si tengo tiempo un día de estos y me acerco a preguntar". Hay que concienciarse de que esto corre prisa. Que no es algo que se pueda dejar para dentro de un par de meses.

      Un abrazo para tí y tu familia. Aquí tenéis vuestra casa.

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