¿Por qué pensar siempre mal? ¿por qué no, mejor, ver el vaso medio lleno? ¿por qué no pensar que está limpia de enfermedad y que así será siempre? ¿por qué creer que se podría hacer algo más? ¿y por qué no poder hacer nada? ¿por qué nadie hace nada? ¿por qué se mueven por dinero y no por la vida de una persona? ¿por qué quitar de aquí y no de allí? ¿por qué sufrir? ¿por qué vivir con angustia y desesperación? pero, sobre todo, ¿por qué no me puedo cambiar por ella?
Este blog comencé a escribirlo cuando acabábamos de conocer que nuestra hija, con tan solo cuatro años, padecía un cáncer metastásico. La angustia que me invadía entonces se vio reflejada en las entradas y no lo llegué a publicar. Hoy, más serena, he decidido retomarlo. Opino que, mientras haya camino (aunque sea largo, duro y agotador), hay vida y ésta hay que disfrutarla, o al menos intentarlo, siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario